Presentada la carpeta de protección de la juventud

Los niños y los jóvenes merecen la protección especial de nuestra sociedad. Por ello, una de las principales tareas del trabajo educativo es proteger su bienestar. En su trabajo diario con niños y jóvenes, los profesionales de la educación los experimentan en todas sus facetas y, además de actuar como punto de contacto profesional, también proporcionan apoyo en las numerosas tareas de desarrollo que conlleva, en particular, la adolescencia.

Como parte de esta tarea de socialización, también son consejeros y, en su papel, el primer punto de contacto en situaciones de peligro.

Por lo tanto, deben ser capaces de reconocer los peligros y ofrecer opciones de apoyo adecuadas. También son portavoces, representantes y mediadores en otras redes. Las conversaciones con los padres desempeñan un papel en este sentido, al igual que las sesiones individuales de asesoramiento.

Apoyo a los profesionales de la educación

Además de un amplio abanico de conocimientos, los profesionales de la educación necesitan también un conocimiento profundo de las condiciones, formas y efectos de las amenazas y fenómenos que trae consigo la sociedad actual. La pandemia, en particular, ha exacerbado muchos de los problemas existentes.

Muchos estudios sobre los efectos de la pandemia así lo ponen de manifiesto. El estrés y las crisis mentales, el uso de los medios digitales y los comportamientos adictivos son los temas más mencionados, junto con la falta de ejercicio y nutrición.

Si se pregunta a los jóvenes sobre su comportamiento en el uso de los medios, por ejemplo, son muy buenos navegando por el mundo de los medios digitales y también los utilizan, pero a menudo saben muy poco sobre los riesgos y peligros. Aquí es donde los padres y los profesionales de la educación están especialmente solicitados. El conocimiento y la educación son necesarios por parte de todos.

Paquete informativo

Además de las redes profesionales existentes, las diversas posibilidades de formación continua y los distintos grupos de trabajo y comités, la carpeta de protección de la juventud pretende servir de guía agrupada para apoyar a los profesionales de la educación en su trabajo diario. Ofrece una visión general de temas especialmente difíciles que pueden poner en peligro el bienestar de los niños. Representa una recomendación y un complemento a la ayuda ya utilizada en el trabajo cotidiano.

La protección de los niños y los jóvenes debe llevarse a cabo principalmente de forma preventiva para reconocer los riesgos potenciales en una fase temprana y reducirlos o evitarlos en la medida de lo posible. El trabajo educativo se centra principalmente en el fortalecimiento de la personalidad como parte del mandato general de educación, formación y atención.